Los materiales utilizados para la construcción de aquella singular residencia fueron nacionales y algunos extranjeros. Se refiere que las piedras de sus cimientos fueron traídas desde el pueblo de Altos y Emboscada, donde existían canteras del Estado, los ladrillos se trajeron de las olerías publicas de Tacumbú , los hierros de la fundición de Ybycuí (La Rosada), y el maderaje de los bosques y obrajes de Yaguarón y de Ñeembucú. Los trabajos de carpintería se hicieron en los talleres del Estado y los constructores y albañiles eran principalmente soldados.
Aquel suntuoso Palacio por poco queda reducido a ruinas, a lo que debe sumarse el saque de que fue objeto. Los muebles traídos de Europa, las estatuillas que adornaban sus salas, las arañas y alfombras fueron llevadas al Brasil por los soldados de las tropas de ocupación. En la parte superior del edificio se hallaban dos leones de piedra tallados, que fueron destruidos por el bombardeo.
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